Es probable que después de este periodo de Navidad, de comidas abundantes, frecuentes y contundentes, nos sintamos con sensación de pesadez, de “hinchazón”, y que pasen los días pero la sensación siga ahí, comida tras comida, nos sentimos como “si nos hubiésemos comido un pavo”. Resuenas con la frase, ¿verdad?. Lo cierto es que es habitual sentir dichas sensaciones corporales, incluso tener más gases, más estreñimiento y más retención de líquido.

Todos estos factores, cómo te puedes imaginar, influyen en el peso corporal y en el resultado del número de la báscula, de ahí que nuestra recomendación sea la de no pesarnos, menos sabiendo, que es probable que hayamos cogido peso de más. Esto puede conducirnos en emociones desagradables, frustraciones, culpa y desmotivación.

En el post anterior, os hemos hablado de la importancia de no dejarnos arrastrar por remedios mágicos que nos garantizan la pérdida de peso, la recuperación y la normalidad de forma fácil y rápida.

¿Qué podemos hacer entonces?

En primer lugar, procurar reconectar con nuestras señales corporales, es decir, guiar nuestra alimentación, más aún en estos días, de forma intuitiva. Poner atención a nuestras señales de hambre es importante e ingerir alimentos de forma consecuente es importante. Partimos de la base de que es probable que nuestro cuerpo haya hecho un esfuerzo mayor durante estos días y que le hayamos ofrecido más energía de la necesaria, por ello, es normal si en estos días sientes tener menos hambre, o apetencias por comidas ligeras. Ojo, esta situación es muy diferente a escoger consumir ingestas hipocalóricas desde el control de la mentalidad dieta, ¿ves la diferencia? En la primera escuchamos y respetamos las señales de nuestro cuerpo. En la segunda, funcionamos desde la restricción una vez más haciendo dieta para rascar calorías.

Es importante además, compartir con tu dietista – nutricionista estas sensaciones ya que no se trata de “volver a la normalidad” sin más, porque quizás tu cuerpo en este momento no necesita esas ingestas normales a las que estás acostumbrado a hacer. O sí. De ahí la personalización en consulta.

Muévete e hidrátate. Se suele pensar que es contraproducente ingerir líquido para la retención de líquidos. Justamente, la ingesta de líquidos motiva la regulación de los mismos, por lo que no controles la ingesta de agua si sientes sed. La actividad física, igualmente mejora esta sensación y ambas pautas mejoran la deposición y consistencia de las heces, mejorando el estreñimiento ocasionado por estas comidas contundentes, que pecan de ser bajas en fibra. Con ello, mejorará también la sensación de hinchazón.

Esperamos que estos consejos te ayuden en estos días de cambio y de adaptación a la rutina.

Por el EQUIPO DE NUTRICIÓN